El Roland Garros es el torneo con más glamour de los cuatro Grand Slam, sin duda por tratarse de Paris la ciudad anfitriona. Cada vez que aterrizo en esta ciudad me emociona ver la iluminación nocturna, los puentes sobre el Sena, la perfecta alineación de sus edificios, las tiendas de moda, los restaurantes abarrotados y la buena comida. Sin duda es uno de mis destinos favoritos para venir a competir.
En cada ocasión intento conocer algún rincón diferente de París, recorrer algún barrio que no conozca, aprovechar para visitar alguno de sus increíbles museos o dar un vistazo a alguna de las tiendas más sofisticadas de Rue Saint Honoré. La última vez que pasé por ahí entré al Hotel Costes y pasamos una tarde deliciosa en su terraza. Es uno de los rincones más agradables y sofisticados de la ciudad.
En esta ocasión tuve la oportunidad de explorar Le Marais, uno de los barrios más antiguos y con más carácter de París. Aquí se construyeron verdaderos palacios que hoy muchos de ellos se han convertido en casa-museo, como la casa de Victor Hugo. Entre sus estrechas calles medievales contrasta uno de los edificios más impactantes, el Centre Pompidou, en donde había una increíble exposición del famoso fotógrafo Henri Cartier-Bresson.
A pesar de que siempre me gusta conocer algo diferente cada vez que mi entrenamiento me deja algo de tiempo libre, en París siempre intento comer en uno de mis restaurantes favoritos, el Entrecote de París. Un plato tan sencillo como un buen corte de carne y papas a la francesa siempre serán para mi sinónimo de estar en esta fantástica ciudad.
Me despido una vez más de una de mis ciudades favoritas, concentrado y decidido a seguir dando lo mejor en los torneos que vienen. Nos vemos en Eastbourne!
