Toronto es una ciudad sensacional. Hay tantos lugares donde ir, espacios en para hacer deporte o simplemente salir a caminar; grandes centro comerciales como el famoso Toronto Eaton Centre y por la noche una gran variedad de restaurantes y discotecas de todo tipo. Desde el comienzo de mi aventura en Toronto me encontré con una agradable bienvenida en el Hotel Thompson. Un lugar magnífico, justo delante de la bahía, desde donde se tiene una panorámica increíble hacia la bahía, los grandes rascacielos de los corporativos y la torre insignia de la ciudad: la Torre CN. Desde aquí, Toronto luce espectacular.
Aproveché la coincidencia de encontrar a viejos amigos en Toronto y decidimos dar un paseo en un yate por el Rio Humber, que se extiende por el oeste de la ciudad. Bordeamos la bahía, pasando por los parques Marylin Bell, Sunnyside, y Sheldon Lookout; y atravesamos el puente del rio Humber, una inmensa estructura de acero blanco que iluminan con juego de luces en las noches. Fue muy agradable para mí pasear por primera vez en yate por la ciudad.
Una cita increíble también fue ir a comer con mi preparador físico al Ámsterdam BrewHouse. ¡Qué les digo! Riquísimo lugar para ir con amigos, comer delicioso y beber uno de los cocktails de la casa, sin mencionar que se encuentra en un lugar espectacular. Desde aquí puedes ver a los ferrys que arriban a la terminal de puerto Jack Layton, no muy lejos de aquí. Mi viaje en Toronto ha sido breve pero, como siempre, lleno de aprendizaje tanto dentro como fuera de la cancha. Ahora viajo rumbo a Cincinnati, al Western & Southern Open, en donde otra vez lo voy a dar todo para continuar escalando en el ranking. Me voy de Canadá con muchos sitios pendientes por conocer. Gracias Toronto, fue una experiencia increíble!