El breve viaje a Pereira sirvió para cargarme de energía y estar con la gente que aprecio. Durante el vuelo estuve leyendo por unas horas y descasé hasta que arribamos a Bogotá. Tomó tiempo llegar a casa.
Ya en Pereira estuve con la familia y amigos que hacía tiempo no veía. Fue un gran momento, reímos, conté algunas aventuras que había pasado en Acapulco y California. Si algo disfruto al máximo es tener tiempo para estar con las personas que me acompañan en este viaje.
Por la mañana fui al Club Campestre en donde se está construyendo una nueva cancha de tenis que, en un futuro, alojará alguna fecha del circuito ATP. Me siento muy honrado de que esta nueva cancha lleve mi nombre. Es un gran orgullo para mí.
Ese día tuve una agradable convivencia con los chiquitines con quienes tuve una sesión de práctica en la cancha. Puedo decir que vi cualidades en algunos, espero que puedan desarrollarlas y seguir aprendiendo para que le muestren al mundo los buenos tenistas que se hacen en Colombia.
Aunque mi estancia aquí fue un breve, respiro. Lo disfruté como nunca. Por ahora tengo que volver, la próxima estación se encuentra al otro lado del Atlántico. Barcelona será la primera estación del circuito europeo. Vamos acompáñame, veamos que sucede por allá.
SG