Aprovechando mi escapada para apoyar a los compañeros colombianos durante el Claro Open, que se celebró por estos días en el centro de alto rendimiento de Bogotá, aprovechamos para ir a uno de los restaurantes con mayor encanto que tiene la capital colombiana: Donostia
Lo más interesante de Donostia es que la comida está en constante cambio, y siempre que vienes tienes algún plato nuevo para probar. La carta cambia cada 3 ó 4 meses y no se casan con ningún plato, aunque mantienen algunos clásicos como los Raviolis de suero, que ya son un clásico y una verdadera delicia. La idea del chef es ofrecer a los clientes algo nuevo cada vez que vayan, conservando técnicas tradicionales, en donde el respeto por el producto es fundamental. Por eso se llama “cocina de mercado” porque hace alusión a que cada mañana el chef se encarga de ir personalmente al mercado a ver que es lo mejor que hay para introducirlo en la carta.
La recomendación para los que visiten este restaurante es que pregunten por el especial del día o la semana y se atrevan a probar. De igual forma funciona el tema de los vinos; aunque el lugar tiene una carta permanente con unas 60 referencias, todas las semanas hay 6 ó 7 nuevas que valen la pena degustar.
Donostia está ubicado en una típica casa colonial, muy cerca del Museo Nacional -por si están de paseo cultural, es el lugar perfecto para hacer un descanso-. El espacio ha sido acondicionado con mucha elegancia a los requerimientos de un restaurante contemporáneo. Aunque el propio nombre del restaurante y la decoración hacen alusión a uno de los centros gastronómicos más importantes de España -Donostia es el nombre en vasco de la famosa San Sebastián-, en realidad el menú se basa en productos totalmente locales y de temporada.
Además es perfecto para tomar unas copas, tienen una buena selección de Whisky y el ambiente es perfecto para una reunión con amigos, como la que tuvimos con los compañeros del Claro Open. Salud!