Los paisajes de las ciudades al norte de Estados Unidos, en esta época del año, son como las pinturas de Frederic Edwin, con tonos naranjas sobre las hojas de los árboles. El otoño se acerca.
Winston Salem es una de esas ciudades que preservan su encanto natural, sin dejar de lado el desarrollo industrial que crea un contraste a la vista en cada rincón de esta ciudad de Carolina del Norte.
El torneo es una atracción más que convive con la cultura que se vive en este lugar. Las personas aquí valoran los tiempos donde el Rockabilly, el Charleston y el Beebbop se escuchaban en todas las estaciones de radio.
Por ahora concluyo este viaje, viajo a Nueva York mañana por la tarde para participar en el último Grand Slam del año. Me despido de Winston Salem y espero volver a ver estos maravillosos paisajes en los días de otoño.
Brian Leon | Runnymede Park
