Han pasado muchos años desde que asisto a torneos por todos los rincones del mundo. No hay nada que me guste más que conocer, vivir y disfrutar la vida de esta manera. Sin embargo después de cada vuelo largo el jet lag es algo que no le deseo a nadie. Es estar totalmente confundido: amanece cuando debería ser noche, frío cuando estamos en verano, izquierda cuando piensas que es derecha. Y cuando finalmente ya tu cuerpo se habitúa al nuevo horario, vuelve y juega, a otro rincón del planeta. Pero es un mal menor comparado con la gran experiencia que implica recorrer el mundo!
Aterrizar en Nueva Zelanda me trae los mejores recuerdos. Rodeada de montañas y mucho verde, aquí conseguí mi primera semifinal en el circuito profesional en torneos ATP. Allá por el año 2011. Le gané a Thomaz Belluci en cuartos de final y luego fui superado por David Ferrer. Mejor motivación para un jugador que esa, difícil.
A pesar de que no es la capital, Auckland es la ciudad más cosmopolita y con mayor población de Nueva Zelanda. Eso se nota solo con ver el perfil urbano que se extiende a lo largo de la bahía, formado por edificios modernos y su famosa Sky Tower, la torre de comunicaciones que domina la ciudad y a la que se puede acceder para disfrutar de panorámicas increíbles.
¡Me encanta estar aquí! Para mí es una tierra de buena fortuna, hermosos paisajes y gente muy amable. Espero regresar con un poco de tiempo a conocer un poco más la ciudad. Charlando con un amigo que conocí me recomendó algunos lugares en dónde practicar deportes extremos y me quedé antojado de recorrer los rápidos, que al parecer por estos lados hay algunos espectaculares. Una satisfacción total haber estado en Auckland, un lugar en el que recargas el ánimo con aire puro.
Vámonos a Australia sin escalas.
Texto: Pablo de Narvaez