Con mucha motivación comencé el año con una pretemporada que me dejó la confianza para el primer reto de la temporada. Auckland es una ciudad a la cual he visitado desde hace 5 años anualmente, siempre es una agradable estancia; la gente es muy amable y cordial. En toda Nueva Zelanda, los deportes clásicos son el Rugby, Criquet y el Tennis y claro, son muy buenos en ellos -quien no ha escuchado de los míticos All Blacks, o en de la tenista Ruia Morrison una pionera del deporte de este país.
La cultura Maori, entre otros clanes y tribus de las antiguas culturas de Oceanía, destaca por su gran valor y perseverancia, esto lo reflejan en cada parte de su vida y por supuesto la cultura actual de Nueva Zelanda tiene una gran influencia en estos valores.
Una breve visita en esta nación tras un comienzo inesperado, me hizo reflexionar en el trabajo realizado en la pretemporada. Aun cuando los resultados algunas veces no son inmediatos, la actitud de un buen tenista es siempre seguir aprendiendo del deporte y volver a pelear una y otra vez en cada reto.
Un viaje más me llevó a Melbourne, Australia una ciudad por demás encantadora que año con año es sede del Primer Grand Slam de la temporada. El Queensland Tennis Centre es el gran escenario de este certamen. Se encuentra en la costa este de Australia a unos minutos del centro de Melbourne. El Australian Open mejora en cada edición, desde sus instalaciones de alta tecnología hasta la logística, cada detalle es muy cuidado por los organizadores para lograr ser el evento que reúne a los 128 de los mejores jugadores del mundo.
En los primeros encuentros en la cancha, sentí mayor confianza. Tuve un juego más dinámico y logré salir victorioso de mi primera prueba en solitario. Después vino el partido de dobles. Este año estaré haciendo equipo con mi amigo Joao Souza con quien me siento muy bien en los partidos, con él comparto muchas cualidades y tengo mucha confianza en que lograremos hacer un buen equipo y llegaremos a grandes metas.
Terminé el Australian Open con un resultado positivo, hay muchas cosas que seguir practicando y otras más por aprender. Ahora mi camino me lleva a prepararme en Brandenton para la siguiente estación que me espera en Ecuador.
Quito me trae buenos recuerdos, es una de las ciudades en donde jugué mis primeros Challenger hace unos años cuando comenzaba mi carrera. La gente en Ecuador es muy cordial y me siento emocionado por empezar el torneo, que será el primero del año donde jugaré sobre arcilla, mi superficie favorita.
Me despido, pronto nos veremos en el ATP 250 de Quito.
¡Vamos con toda, Colombia!