Cada ciudad que visito tiene algo que me deja con más de un bonito recuerdo para llevarme a casa. Desde las calles hasta los lugares que todos los turistas visitan, todo es una experiencia de la cual me siento muy bendecido.

Esta vez tuve la oportunidad de llegar a Halle, una pequeña ciudad en Alemania de la cual los locales se sienten orgullosos porque es ahí donde nació Händel. Su casa es ahora un museo al cual me pude dar una pequeña escapada para conocer un poco más de la historia de uno de los genios de la música clásica. El lugar conserva algunos espacios de la época y otros han sido renovados para guardar las piezas que incluyen pertenencias del compositor y su familia. Sin duda fue una linda visita y la casa de un gran personaje.

No pude quedarme sin visitar la catedral de Merseburg cuyo estilo medieval se ve reflejado en cada esquina. El interior tiene una imponente bóveda con un bellísimo retablo en el que detrás se encuentran los tubos de aire del órgano. Creo que es una de las iglesias más bonitas que he visto.

Mi última parada turística fue Halloren, la fábrica de chocolates más antigua de Alemania.

Fue fundada a principios del siglo XIX. El recorrido me dejó ver cómo era el proceso de fabricación y pude ver una habitación hecha ¡solamente de mazapán y chocolate!. Al final probé algunos de los productos que fueron verdaderamente deliciosos. Me llevé también unos para compartir en casa.

Los viajes son rápidos y no siempre me da mucho tiempo de ver todas las cosas que quisiera, pero aproveché al máximo y me siento muy contento de haber conocido una ciudad llena de historia.

Halle

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