El MoMa y Van Gogh: un viaje al corazón del arte de New York
Nueva York es una ciudad sin igual en cualquier época del año; es esa ciudad que tienes que visitar al menos una vez en la vida.
Como toda ciudad, puede parecer un lugar caótico, ruidoso y lleno de automóviles que van y vienen entre los cruces de cada avenida; sin embargo, para conocer el lado amable de Nueva York debes adentrarte a los espacios únicos que esconde en algunos edificios.
Mientras caminas por la calle, si tienes oportunidad de mirar hacía el cielo, podrás ver cómo los altos edificios delimitan lo que ves, como si fuera una línea entre el límite de un edificio y otro.
En esta época del año sucede un fenómeno especial cuando cae la tarde en la ciudad. No lo sé con certeza pero, hablando con algunas personas, me contaron que debido a la organización de las calles de la ciudad, que van de norte a sur y este a oeste, el sol del atardecer atraviesa cada avenida que ve hacía la bahía. Es un efecto impresionante.
Me di un tiempo para visitar el Museo de Arte Moderno y vi una de las pinturas que más me fascinan: la noche estrellada de Vincent Van Gogh. Ver, en vivo y a todo color, las creaciones de los grandes maestros del arte es algo espectacular. Me quedaría corto al explicarte la emoción de estar frente a tanto años de arte guardados en un solo cuadro.
Pronto viajaré a Pereira, la lucha por entrar al Grupo Mundial está cerca, daré lo mejor de mi en estos juegos contra el seleccionado de Japón.
Una foto publicada por Santi Giraldo (@elgirald) el