Miami reúne todas las características para celebrar un torneo de la categoría del ATP World Tour Masters 1000 Sony Open Tennis. No solo por ser una ciudad realmente paradisíaca sino por su espíritu deportivo y cosmopolita.
Y de mi increíble experiencia en globo por los cielos de California me trasladé a Miami, una de mis ciudades favoritas. El agradable clima, los cielos despejados, la vista del mar o a la bahía permanentemente, hacen de esta ciudad algo realmente paradisíaco. Es una ciudad con espíritu deportivo y un carácter realmente cosmopolita, donde siempre encuentro personas de diferentes lugares del mundo.
Miami es un lugar ideal para hacer un torneo de la categoría del ATP World Tour Masters 1000 Sony Open Tennis. La gran afluencia a los partidos demuestra que es uno de los torneos de mayor preferencia y con los mejores jugadores del mundo. No en vano en los últimos seis años los tenistas lo han escogido como el mejor torneo del año.
Cuando vengo a Miami siempre intento recorrer algo de la Florida y procuro entrenar en Nick Bolletieri, la reconocida academia con los mas altos estándares de calidad. La propia infraestructura de la academia, sus saparrings y sus entrenadores, la hacen el lugar ideal en dónde prepararme para la gira que empieza en Europa en cancha de arcilla, con el Roland Garros, el segundo Gran Slam del calendario.
Pude ser testigo otra vez del gran papel que cumplieron Robert Farah y Juan Sebastián Cabal, finalistas de manera destacada del torneo en cuadro de dobles, lo que no hace otra cosa que confirmar su alto nivel. El ‘Colombian Power’ se convirtió en la primera pareja de nuestro país en llegar a la final de un Masters 1000.
Antes de despedirme de Miami, rumbo a Cali a jugar frente a República Domicana la final del Grupo I Americas Copa Davis, aprovecho las últimas horas para hacer Board Paddling, remo sobre tabla mientras disfruto de una fabulosa panorámica de la bahía; o ir a uno de mis restaurantes favoritos: Mandolin. En medio del Design District, uno de los sectores más dinámicos del centro de la ciudad, está este rincón del mar Egeo en pleno Miami. Me encanta por su jardín al aire libre, su ambiente relajado y porque todo el menú es fresco y natural, como es la buena cocina Mediterránea.
Texto: Pablo de Narvaez
