Croacia es uno de esos países de Europa donde uno podría pasar unas vacaciones tranquilas, o llevar una vida totalmente pacífica, la gente es amable y las calles asimilan a esos escenarios de película. Creo que eso es lo que me encanta de Europa, su arquitectura en general.
En la costa oeste existe un pequeño poblado llamado Umag, una ciudad de poco más de 10 mil habitantes cuya historia data desde la época de los romanos. En algunos puntos de la ciudad incluso hay vestigios de esta cultura. El abierto de Croacia se lleva en esta ciudad, eso es lo que me trajo hasta aquí. Los tiempos libres son pocos y por lo general apurados, pero eso no quiere decir que no me dé la oportunidad de conocer un poco de la cultura local.
Caminé por la plaza principal y me gustó mucho ver las fachadas de las casas, casi todas de colores naranjas y ocres, hay pequeños cafés donde principalmente hay turistas. Tuve la oportunidad de ir a una parte de la ciudad que está prácticamente rodeada por agua y donde se encuentran unas murallas y un puente del siglo X. Supongo que vivir aquí y ver el mar todos los días deber ser muy lindo.
La ciudad es turística ya que el ATP es su principal atractivo, por lo que en casi todos los establecimientos la gente es muy accesible. Visitamos después el museo de la ciudad y por último me di una vuelta para comprar algunas cosas locales como un vino, que según los habitantes, es muy bueno. ¡Veremos que tal!
Por ahora me despido, seguiré viajando por este lindo país antes de mi siguiente parada, Suiza. Tengo planeado visitar el Sports Hall en Krk y el Spaladium Arena.
¡Hasta entonces!
